miércoles, 30 de noviembre de 2011

Revindicaciones coreanas (del Sur)

Sabado, 26 de noviembre 2011

Querida mamá:


Llevo toda la mañana preparando el resumen de nuestra actividad académica en Corea. Todavía está a medias, es una especie de memoria de nuestra estancia aquí. Espero entre mañana y el viernes acabarla.
Hemos ido a comer a una barbacoa que descubrimos el otro día, bastante cerca del despacho de Kim. Llueve muchísimo y han bajado algo las temperaturas. Estoy en Gurunaru, en la zona de fumadores y están todas las ventanas abiertas. Puede que me quedé pajarito. Ciro ha optado por el calor de lo conocido y se ha ido a SKAI (Sung Kyun Architecture Institute), más conocido como la planta quinta del 600 Centenary Building.


Tengo pendiente contarte nuestro encuentro con la manifestación en contra del FTA (Free Trade Agreement) entre Estados Unidos y Corea del Sur. No estoy nada puesta en estos temas. Por lo que he entendido, básicamente, el tratado, aprobado el pasado 22 de noviembre 2011, facilita, todo, la entrada en Corea de productos alimenticios provenientes de EEUU. Además de generar innumerables posibilidades de negocios entre los dos países. La mayoría del gobierno está a favor del acuerdo. Como sabes, el poder de este país está en manos de las multinacionales que lo controlan todo. De hecho, 157 congresistas votaron a favor y solo 7 en contra. Aquí la votación causó cierto revuelo ya que uno de los no partidarios/político (supongo uno de los siete) entró en el Congreso lanzando gases lacrimógenos. Hay que tener cuidadito con estos orientales.


El sábado, después de nuestras aventuras varias, nos acercamos al centro, junto al hotel de los visitantes, donde hay dos librerías grandes, muy cerca una de la otra. Al salir de la primera (desde donde te llamé para felicitarte) nos topamos con un grupo no muy numeroso de policías uniformados y con pinta de antidisturbios. Saque la cámara inmediatamente y me puse a hacer fotos. Soy un poco pesada con la cámara (parezco japonesa, je), hago fotos constantemente. Algunas veces Ciro pasa un poco de vergüenza, sobre todo cuando me centro en personajes aislados y lugares cerrados. Son dignos de un estudio mucho más profundo que una simple foto. Ya te he dicho que estoy desarrollando bastante morro en este país. En fin, cuando saqué la cámara para registrar a los policías, Ciro casi muere allí mismo, y se puso a andar bastante rápido, dejando claro que no tenía nada que ver conmigo. Le dije que era inútil. Aquí es imposible pasar desapercibido, por mucho que se alejase todo el mundo sabría que íbamos juntos. No pasó nada pero a cincuenta metros, empezaron a desfilar a paso ligero millones de policías, con escudo, espada/porra de luz como las de juguetes de la guerra de las Galaxias.


(Me voy a la zona de no fumadores, hace un frio espantoso. No entiendo porque siempre son los enfermos los sacrificados).
Empezamos a fijarnos con un poco más de cuidado y había ante nosotros un ejército completo de seguridad. Cientos de autobuses aparcados en las aceras a modo de barreras cortando la circulación entre el asfalto de los vehículos y la zona peatonal. Furgonetas envueltas y protegidas por mallas metálicas en todas sus caras. Vallas o rejas metálicas de tres metros de alto que se desplazaban solas por la calle. Una autentica pasada. Los policías aparecían por todos partes y de todos los lados. Corrían en fila y nunca perdían el orden establecido por el superior que iba a la cabeza. Todos bastante jóvenes y con una mirada que no inspiraba mucha seguridad, parecía que era la primera vez que salían a la calle. Comencé a ponerme muy nerviosa, era todo un espectáculo. Seguíamos andando muy despacito, mirando alrededor, preguntándonos que es lo que estaría pasando.

 De repente, tropezamos con un grupo de cincuenta personas que obstaculizaban el paso y que no eran policías. Hasta ahora lo único que habíamos visto era la aglomeración de “fuerzas de seguridad del estado coreano”. Había un gran numero en sillas de ruedas, o bien eran veteranos de guerra (han tenido tantos conflictos) o se trataban de una congregación de minusválidos para luchar por algún tipo de derecho. Increpaban a la barrera de policías que tenían delante. Nos quedamos parados intentado descubrir el motivo de tal concurrencia de gente. No entendíamos ni una palabra. Ciro, muy avispado, comentó que quizá estaban protestando por el acuerdo. Había muchísimos mirones como nosotros, subidos a las aceras, en el metro, en la acera. Consigue subirme en la barandilla de la entrada del metro y continúe haciendo fotos como una posesa ante la mirada atónita de Ciro. Aseguraba que soy una morbosa, y es verdad, lo he sido desde pequeña. El seguía sin sacar su cámara.


En ese instante un grupo de policías desfiló delante de nosotros y se metió en el metro. Les seguimos y cruzamos la calle por abajo. Al salir a la superficie el espectáculo era mucho más grandioso que en el otro lado. Estaba totalmente emocionada. Más policías y más manifestantes. Ciro claudicó y sacó la cámara de video. Los manifestantes empezaban a multiplicarse, hondeaban banderas de todo tipo, la única que reconocimos fue la bandera gay (están por todas partes). Los manifestantes gritaban, aplaudían y coreaban cosas frente a una estatua de un tipo con pinta de haber sido importante para la historia de Corea. La gente pasaba bastante de nosotros y cuando alguno se dirigía a nosotros, era siempre en son de paz, haciéndonos participe de su sorpresa o incredulidad.

Justo al lado de donde estábamos había una oficina de turismo. Entramos a pedir un plano de Seúl y de paso le pregunté a la señorita que es lo que estaba pasando. Contestó en inglés: “FTA demonstration”. Mi inglés aunque ha mejorado, todavía le queda. Pensaba que era un simulacro de entrenamiento de los jóvenes policías. Gracias a Dios, Ciro me sacó de dudas, porque podría estar escribiendo ahora sobre el simulacro. Me explicó que manifestación en inglés es “demonstration”.


Estuvimos un buen rato, de aquí para allá. Seguro que tú y los padres de Ciro nos hubierais regañado por imprudentes. Aunque no lo creas, yo tomaba ciertas precauciones, y por mi experiencia en fútbol, estaba obsesionada con pararnos en sitios que nos permitiesen salir cagando leches de allí si la situación se ponía tensa. De verdad, eran súper cívicos tanto los manifestantes como los policías. Tanto civismo no lo he visto jamás en España y más si es una protesta con carácter económico contra el gobierno.


Nos fuimos después de más de una hora de cotillas. Mi curiosidad sobre el tema hizo que me pusiera a mirar por primera vez la prensa local en la Web (en inglés, claro). Al final lo más útil y rápido ha sido la información de primera mano. La cuestión de fondo, lo que verdaderamente preocupa a las madres coreanas, (esto es cierto) es la posibilidad de que sus hijos puedan enfermar con carne americana infectada con la enfermedad de las vacas locas. Y doy fe, en todos, todos los restaurantes de Seúl donde se ofrece carne en la carta se indica el origen de la carne que solo es australiana o coreana.

Impresionante, que carros de combate!!

Un abrazo
María

Pd. Habrá que subir algún de los videos que grabó Ciro.

1 comentario:

  1. Pues si se ponen así por un poco de carne que no harán cuando se metan con ellos sus vecinos del norte....

    ResponderEliminar