sábado, 29 de octubre de 2011

Zaha llega a Seúl

Sábado, 29 de octubre de 2011



Render del proyecto de Zaha Hadid : Dongdaemun History and Culture Park. Que no es engañe esta imagen, la realialidad es mucho peor de lo que uno se imagina al ver este render. .
Querida mamá:

Está lloviendo. Hoy nos quedaremos trabajando por aquí. Tenemos que darle un buen metido a las conferencias. El martes es la primera.
La visita de ayer a las obras a Dongdaemun History and Culture Park fue bastante interesante. En el año 2007 se convocó un concurso para rehabilitar el área de Dongdaemun, una zona urbana bastante complicada en el centro histórico de Seúl, con un programa muy diverso: mercado, comercios, estadios, ruinas, etc… El primer premio lo obtuvo el estudio de Zaha Hadid, a pesar de no ser coreanO. Se invitó a ocho estudios: cuatro coreanos y cuatro “de fuera”: Zaha Hadid, Steven Holl, MVRDV y Alajandro Zaera & Wife. Por cierto, la solución de Zaera, dramática. El profesor Kim, miembro del jurado, apostó por premiar a una figura extranjera. Esta decisión provocó muchos cabreos entre los invitados coreanos, sobre todo, él que obtuvo el segundo premio con un proyecto muy parecido al de Zaha (Zaha suena a nombre de perro o quizá lo asocie por que el perro de Nacho se llama  Zaha), aunque más comedido y bastante mejor. El arquitecto es el amigo del Professor Kim, el que te conté que era especialista en cine y que iba a participar en una mesa redonda en el Festival de Cine. Los otros tres arquitectos coreanos, aunque no les conozca, tienen mucho prestigio en Corea. La obra a Zaha se le ha ido completamente de las manos. Es “too much for her”, todavía no sabe resolver un proyecto a esa escala. Además es una de las obras más caras de Seúl, con una desviación del presupuesto original bastante importante.

La visita consistió en una charla donde nos contaron todos los entresijos del proyecto y de la construcción. Fue en coreano pero una chica de la organización nos hizo una pequeña traducción simultánea. Los alumnos, por supuesto, se pasaron toda la explicación durmiendo. Después nos enseñaron muy por encima una parte de la obra. Fue un gesto más que una visita a una obra. Todos con cascos azules, ya te mandaré fotos. Es la primera ocasión que veo que se sigue un vierto protocoló y normativa en materia de seguridad en Seúl. Estuve hablando bastante con maría, la chica de la Uem que está de intercambio durante este año. Tras la visita fuimos a comer a un restaurante “casero” muy cerca del proyecto con todos los alumnos del estudio de Santiago. Aquí, es mucho más habitual que en España hacer cosas con ellos, sobre todo, compartir la comida. Es difícil encontrar en Seúl a alguien comiendo solo. Siempre invita el profesor o el más mayor, en este caso, Santiago.


Tras comer con los alumnos, nos fuimos andando a la residencia (está relativamente cerca). En el camino de vuelta entramos en otro de los edificios de nuestro arquitecto favorito, Kim, el del régimen. Es una especie de ambulatorio junto a un gran hospital. Al igual que la iglesia, es todo de ladrillo con unos volúmenes muy claros y rotundos dejando patente la diagonal de la planta. El interior es incluso mejor que el exterior. Se confirma que este tío es una máquina. Es una pena que no haya forma de encontrar libro sobre él.
 

Ciro durmió por primera vez una siesta coreana y yo me puse a trabajar en el mapa. A las siete habíamos quedado con Santiago y otros dos profesores/arquitectos a cenar. Nos fuimos un par de horas antes para ver algunos edificios de la zona del área de negocios de Seúl. Cenamos en un coreano, barbacoa de carne. Probablemente, sea lo que más me gusta de la gastronomía autóctona. El profesor coreano, Jungin es de nuestra edad, absolutamente encantador. Acaba de venir de Alicante de hacer un workshop (estoy muy internacional) con Torres Nadal. Estaba bastante emocionado con España. Nos conto que despues de diez se fue llorando. Seguro que yo tambien lloro cuando me vaya de Corea...Marc es de Barcelona, hizo el master de Columbia y allí conoció a su mujer (coreana). Lleva dos o tres años aquí dando clases. Es simpatiquísimo y con muchísimo sentido del humor. Yo estaba un poco crecida, me explaye bastante hablando un poco de todo. Después de cenar nos tomamos un par de copas aunque costó bastante encontrar un bar en el que nos dieran algo. Son muy raros, en el primero nos dijeron que éramos demasiado viejos, en el segundo nos invitaron a irnos ya que no íbamos a beber demasiado (sitio de compañía donde las chicas/camareras animan a la clientela masculina a consumir) y en el cuarto tuvimos éxito. Disfrutamos de actuación de magia!!!!


Una noche muy divertida, a lo mejor sale un workshop de fin de semana o alguna conferencia. Veremos a ver.

Un abrazo

Maria

viernes, 28 de octubre de 2011

La playa de Suwon


Querida mamá:

El día de ayer fue para olvidar. Pero siempre existen pequeños detalles que te alegran la vida (como los Ferrero Roche; por cierto, he comprado una cajita).

Llegamos al campus de Suwon a las 11, después de coger el autobús de profesores a las 10 de la mañana. No teníamos clase hasta la 1.30 con lo que fui a tomarme un café a una pequeña terraza, al lado del edificio de ingeniería. Ciro subió, iluso de él, ha cerciorarse de que la conferencia programada (de uno de los profesores coreanos de tercer curso) era en inglés. Al final ni en inglés, ni en coreano. Se ha retrasado a otro día y será en coreano, por supuesto.
Cuando me acercaba al café, observe como varias furgonetas llenas de sacos de hojas, invadían una de las calles internas del campus. Había hojas por todas partes y mucha gente con escobas y rastrillos moviéndolas. Al principio, no tenía demasiado claro que estaban haciendo. Son tan prácticos estos coreanos que deduje que sería una forma de ahorrarse trabajo, mejor no recoger hojas en otoño. Pero estaba confundida, todos los años se fabrican su pequeña playa otoñal de hojas secas. Muy poético, verdad?
Pd: Ciro me dice que he olvidado contarte cual es la función de esta instalación: abono.

miércoles, 26 de octubre de 2011

Coreografía culinaria

Miércoles, 26 de octubre 2011



















Querida mamá:

Ayer cenamos de lujo, y sobre todo, mucho.

A las 18.30 nos pasó a buscar el profesor Kim por el despacho. Santiago nos esperaba en el restaurante y con muy buen criterio nos había avisado de ir con bastante hambre. No tardamos demasiado con lo que debe estar bastante cerca de la universidad. Era un restaurante tradicional coreano, prácticamente todo de madera con varios reservados. Nosotros cenamos en uno de ellos. En principio iba a venir la mujer del Professor Kim (la reserva era para cinco), pero está tan liada con la boda de su hija que no vino. Después de cenar la conocimos.

Aunque había carta sobre la mesa, el profesor se ocupó de pedir por nosotros. Había encargado vino español, un Vega Sicilia del 2005. Le debió costar más que toda la cena (aproximadamente 50 euros el cubierto, para Corea es caro). Por supuesto, no había agua que es sustituida por un té de cebada. Esta vez, decidí no pedir y dedicarme al vino.

La comida en Corea es como una ceremonia y tiene sus códigos. La comida está muy elaborada (seguro que Adrià ha estado en Corea y ha aprendido alguna cosa), comen todo tipo de productos aunque la base es la verdura, en distintos recipientes con formas variadas (plato, taza, bowl, vaso, platito, tacita, vasito), todos los colores imaginables excepto el azul (confirma mi teoría de que no hay comida azul), texturas diferentes y siempre en pequeñas cantidades. Contado así puede sonar un poco raro, pero es como jugar a las comiditas. La presentación es impecable, es como un cuadro donde composición o estructura también es importante. Hay dos tipologías de platos:

  • Comunes y en el centro: Platos en el centro de la mesa y cada uno se sirve la cantidad que quiere. En esta ocasión y para mayor comodidad de todos, los camareros se encargaban de repartir todo lo del centro en cuatro. Estos platos normalmente están acompañados de su salsa correspondiente que se sirve en otro pequeño recipiente.
  • Individuales y en los extremos: té, otros líquidos, sopas, salsas, ensalada (aunque también hay ensaladas que van al centro) y arroz.
El “set” individual está compuesto también de un mini receptáculo con tres gotas de salsa de soja. Este es el elemento fundamental y marca el carácter de la comida. Los aristócratas al llegar a una casa deben mojar y probar la salsa para dar su aprobación. La calidad se mide de acuerdo a la escala sonora emitida. Sí, sí, el coreano debe hacer ruido al comer, sobre todo, al absorber líquidos, incluido el café. Es una norma de educación. Con bastante sentido del humor el profesor nos contó cómo su abuela le explicaba que en el extranjero estaba terminantemente prohibido emitir ruidos. Me tranquilaza aunque no sé si llegaré a acostumbrarme.

Los movimientos y las variaciones de la comida son constantes. Cada cinco minutos hay algún alimento nuevo en la mesa. Después de un tiempo razonable cambian el plato principal en el que se come (en esa ocasión era grande, blanco y cuadrado) por otro limpio. Los cubiertos, prefiero llamarles ayudantes, no se cambian entre plato y plato; sería misión completamente imposible. Se utilizan dos ayudantes: la cuchara para la sopa y arroz y los palillos para el resto. El cuchillo no existe y a veces es un pequeño problema (al menos, para mi). La carne o cualquier cosa que tenga un tamaño considerable se corta con la boca. Tampoco me acostumbró a esta a imagen, un poco primitiva y antítesis de la sofisticación visual antes mencionada. Los palillos son metálicos (a diferencia de Japón o China) y según nos explicó el profesor, el origen está en el veneno. Existían muchos envenenamientos y en la plata queda el rastro del delito.


Después de las primeras diez tandas de relevos (los camareros se mueven, se multiplican y cambian, tiene también algo de ballet) yo ya estaba completamente agotada. Era mucha tensión saber cómo se come cada cosa, me sentía un poco Julia Roberts en Pretty Woman. Habíamos tomado ensaladas (varias), cerdo, sopas (varias), una col gigante rellena de miles de cosas (este es el súper kimchi, que no podía faltar), noodles, atún, minicreps, etc… Para mi sorpresa, casi muero en ese instante, eso solo habían sido los aperitivos. No había forma de dejar nada ya que como he dicho antes, nos servían pequeñas raciones individuales. Menos mal que el Kimchi se quedó en el centro. Ciro, por el contario, no hacía más que comer. Con eso de que es comida muy sana, está convencido que no va a engordar… Tras la obertura, el entreacto. Una sopa para gestionar el cambio, unos langostinos gigantes cubiertos de pepino en tiritas y una especie de osobuco. Y el acto final o main dish consistió en superbowl de arroz morado con verduras. Este último plato pudo conmigo, no porque estuviera malo, pero mi cuerpo no podía recibir más cantidad de información (lo dejé todo). Debo citar también el postre, sopa dulce de alguna fruta y fruta troceada variada.

La botella de Vega Sicilia se acabó hacia la mitad de la comida. Probamos dos vinos coreanos. Uno suave y rosa, el manzanares como lo llamaba el profesor Kim, de manzana y otro “strong” (41 grados aunque los hay hasta 70º) transparente y que Ciro le encontró el punto.

Bien, este es el menú M (Medium). No quiero ni pensar lo que puede ser el tamaño L o XL.

Tras la cena, fuimos a casa del Professor a conocerla, es una casa tradicional coreana. El relato de esta segunda parte lo cuento en un segundo correo. Hay mucho dato nuevo.

Un abrazo

María


 Pd. Esto es muy fuerte!!!! Acabo de ir a fumar un cigarro a una salita que hay en la planta 5. Que exista una salita para fumar es estupendo. El único inconveniente es que está al lado de cuarto de baños de tíos, tras la puerta donde dice “men” gráficamente. Es como la antesala o vestíbulo. Debo ser la única tía que entra ahí y me miran bastante mal pero me da igual, miro por la ventana y me pongo de espaldas al acceso estricto del cuarto de baño. Mandaré foto ya que es un espacio curioso. Por supuesto, el cuarto de baño de tías no tiene salita. No sé si te lo había dicho, pero es una sociedad muy muy machista. Bueno, estábamos Ciro y yo fumando cuando ha entrado un chico joven a fumar. Se ha puesto a un metro de nosotros sin saludar ni mediar palabra. El cenicero es una ensaladera de aluminio que está en la ventana. No debía estar cómodo y se ha fumado el cigarrillo a toda pastilla. Se ha acercado al cenicero, yo estaba justo al lado, ha apagado el cigarrillo y por si quedaba alguna duda, ha tirado un pequeño escupitajo sobre él. Qué horror!!!! Creo que voy a dejar de fumar

lunes, 24 de octubre de 2011

Koossino


Lunes, 24 de octubre 2011




Querida mamá:
Ayer, después de nuestras labores del hogar, fuimos a la zona de Hongik University. Habíamos quedado a las 3:45 con Santiago para ir a ver el estudio de un amigo suyo, coreano y arquitecto. No sabemos cómo se llama pero todo el mundo se refiere a él con el nombre de su estudio Koossino. (Acabo de descubrir en su tarjeta el nombre Seungmin Koo)


Kooss es el de la gorrita y las gafas
 Llegamos bastante tarde a la zona y nos tomamos un perrito caliente justo al lado de donde habíamos quedado, la salida número 9 del metro de la línea verde (2). Es espectacular lo bien que está señalizado el metro en Seúl, tienes mapas por todas partes (a tres escalas diferentes), secciones, plantas y axonométricas de las estaciones y cada una de las salidas está numerada y señalizada en el mapa. Es bastante complicado perderse o no llegar al sitio correcto.

Esa salida del metro está justo debajo de lo que aquí se llama “officeHotel”, es decir, un edificio de oficinas donde se alquilan habitaciones como si fuera un hotel. Todos los espacios están sin amueblar y no son demasiado caros. El estudio de Koossino está en uno de ellos, en la planta número 15. Estos bloques suelen ser muy vistosos por fuera, lo que el público ve, y un poco más cutres por dentro. No teníamos ni idea de lo que nos íbamos a encontrar ya que teníamos bastante pocos datos.

Al llegar, la puerta estaba abierta y nos recibieron tres o cuatro chicos (a mi todos me parecían de la misma edad, jóvenes). Uno de ellos era Koossino. Kooss no habla nada de inglés por lo que había llamado a un chico que trabajó para él y que después de unos cuantos años en Londres, estaba en el estudio colaborando esporádicamente. Otro de los chicos hablaba japonés y es el intérprete habitual de Santiago. Santiago entiende coreano pero se maneja mejor en japonés. Desde el punto de vista de comunicación fue bastante surrealista: español, inglés, coreano y japonés además de todo tipo de gestos. Además, Kooss tiene labio leporino con lo que cuesta entenderle también en coreano (esto me lo han contado, claro).
La bienvenida fue apabullante. Kooss es todo generosidad…. Es un auténtico apasionado del dibujo y dibuja como los ángeles. Nos recibió regalándonos cuatro libros con sus dibujos: dos ejemplares dedicados de los sus últimos dibujos y un ejemplar compuesto por dos volúmenes de los dibujos del año pasado (Kooss quería darnos a los dos, pero le dijimos que no hacía falta); una serie de postales con algunos de sus dibujos, dos posters también dedicados y una caja con los rotuladores con los que dibuja. Son los más baratos del mercado (una especie de bic en rotulador). Hay dibujos de todo tipo y con todo tipo de técnicas. A Ciro y a mí los que más no gustaban era los de arquitectura, y en concreto, los croquis de sus proyectos. Le interesa mucho el dibujo de anatomía y tiene varios esqueletos de papel por el estudio.

Es el típico tío muy inquieto que está produciendo cosas de manera constante, es profesor en otra universidad, tiene bastante obra construida, sobre todo viviendas unifamiliares, dibuja a todas horas y su cabeza debe descansar bastante poco, fue un lujazo conocerle. Todos los años realiza una exposición y se auto pública sus dibujos. Nos estuvo enseñando maquetas, dibujos, renders, fotos, etc… de muchas de sus obras. Ha desarrollado un método para aprender a dibujar… Tiene 43 años y toda su obra tiene un punto de work in progress constante, investiga y experimenta en cada uno de los proyectos. Como es lógico, hay mejores y peores pero lo más interesante es la manera de afrontar el trabajo.

Después de un rato en el estudio, el chico que hablaba inglés se fue (tenía otra cita) y nos fuimos a tomar un café aunque nos habían dado café en el estudio. Según nos dijo Santiago, nos quería invitar a cenar. Del camino al café, además del paseo, nos llevó a tres o cuatro sitios: un edificio, una tienda con productos de diseño de jóvenes coreanos, un museo de diseño y el café del museo. En la tienda de diseño nos regaló unos post-its en forma de hojas de árboles, dos a cada uno. Yo estaba empezando a sentirme mal, nosotros no le habíamos regalado NADA y él era todo atención. Estamos pensando en regalarle algún número del croquis que no tenga (es la revista fetiche). Por cierto, él no tiene ningún problema con los arquitectos japoneses.

Cuando nos sentamos a tomar algo le enseñamos algo de nuestros cosas. Primero le enseñé las variaciones de Max Bill y algún trabajo de Infact. Creo que le gustó bastante todo o al menos, eso dijo. Estaba flipado con el color, primero en Max Bill y luego en el ascensor, la universidad de Málaga etc… La iglesia le gustó muchísimo. Nos propuso hacer algo juntos, exposición, concurso o cualquier otra cosa a lo que respondimos que lo que quisiera. Otro aspecto que le sorprendió (para bien, claro) fue que tuviéramos la misma edad y tenía verdadera curiosidad por conocer más de nosotros. Aquí, el idioma fue un pequeño hándicap. EL chico que hablaba japonés está muy relacionado con varias publicaciones coreanas y nos dijo que sería muy interesante que publicásemos algo de nuestro trabajo en Corea. A lo mejor sale algo, la semana que viene hemos quedado en pasar a verle de nuevo. Nos repitió muchísimas veces que por favor le llamásemos. Le voy a escribir ahora un correo y me voy a hacer amiga suya en Facebook. Todo Corea está en Facebook, no eres nadie sino estás en ahí.


Salimos encantados, por supuesto, nos invitó a todo. Ciro está pensando en trabajar con él aunque sea durante un mes. Como siempre tras recibir tal cantidad de información estábamos agotados. Nos volvimos a nuestra zona y nos fuimos a un DVD bang. Toda una experiencia, pero eso lo cuento en otra ocasión.

Un abrazo

María

De izquierda a derecha:
???, el que hablaba inglés, KOOSS,
Santiago, el que hablaba japonés, yo y Ciro






domingo, 23 de octubre de 2011

The Pruitt-Igoe Myth

Domingo, 23 de octubre de 2011



The Pruitt-Igoe Myth, 2011. Chad Freidrichs, Director. Minoru Yamasaki, arquitecto.












Querida mamá:

Hoy toca limpieza. Acabamos de poner las lavadoras con las sabanas y la ropa ya está en la secadora. El domingo pasado descubrimos que en la planta sexta hay otro cuarto con lavadoras y secadoras solo para profesores. Tengo que pasar la aspiradora al cuarto.
Vista desde la terraza. Por esta calle pasamos todos los días.
La parada de metro está al final de la calle.

Acabamos de volver de tomar un café en el campamento base de los fines de semana. Es otro café que tiene terraza en la cubierta. Estoy días está haciendo buenísimo por lo que hay que aprovechar. De vuelta a la residencia, Ciro ha parado en un puesto para comprar algo de fruta. Hay puestos cada dos pasos con todo tipo de productos. Ha sido bastante gracioso, el dueño del puesto estaba durmiendo literalmente en una cama al lado del su pequeño comercio ambulante. Iba a grabar todo, pero no me ha dado tiempo a sacar la cámara y menos mal. Cuando le hemos despertado de la siesta, estaba totalmente tullido: cojo y con un solo brazo operativo.

Ayer fuimos de nuevo al Festival de cine, esta vez con Santiago. Kim nos había conseguido entradas para la película americana “The Pruitt-Igoe Myth” . Era un documental sobre la historia del complejo de viviendas “The Pruitt-Igoe” en San Luis que fue demolido 20 años después de su construcción. Seguro que alguna vez has visto la foto de la demolición publicada, de hecho, se ha convertido en el símbolo de la ”muerte de la arquitectura moderna”. El arquitecto es el pobre Minoru Yamasaki, el mismo de las torres gemelas. Tiene un currículo bastante triste. El documental me encantó, hablaban bastante poco de arquitectura (no hubiera estado mal algún dato sobre el proyecto) e iban contando las historia algunos de los inquilinos y residentes del complejo. Lo que comenzó siendo una solución se convirtió en un auténtico ghetto de delincuencia, pobreza, miseria etc… Al final las autoridades no pudieron hacer otra cosa más que demolerlo. Los motivos del fracaso fueron muchos, sobre todo la crisis y la emigración que sufrió la ciudad de San Luis en los años 70. Viendo la película, me acorde de la conversación que tuve con la madre de Lopez a raíz de su viaje a Israel. No se, pero pensé que debía ser algo parecido a lo que pasa en Israel con esa diferencia brutal entre los asentimientos palestinos e israelitas. Una zona totalmente desarrollada y justo al lado un mundo opuesto. Como detalle escabroso, para recibir una vivienda las familias se comprometían a que el padre no viviera allí. Tremendo!!!

Subo esta foto porque me encanta.
Justo antes de entrar a ver la película
 El viernes por la tarde fuimos al estudio de Marco Bruno. El estudio está sobre el mercado más importante de Seúl. Es una mini triplex. En cada piso hay una única estancia con las escaleras más estrechas que he visto nunca. Nos cayó muy bien. Nos explicó muchas cosas de esta cultura desde un punto de vista más ajeno y distante de lo que suelen hacerlo los coreanos: trabajo, construcción, arquitectura, diseño, educación etc…

Han pasado de ser muy, muy pobres a tener bastante riqueza en muy poco tiempo. El dictador, como ellos le llaman, todavía está bastante presente en muchos temas de la vida cotidiana. Descubrimos también que el arquitecto coreano que tanto nos gusta, Kim Swoo-Guen, fue el arquitecto del régimen. Eso explica el silencio que existe en torno a él cada vez que preguntamos a algunos de los profesores coreanos. Es un pedazo de arquitecto, realmente bueno y no me explicaba cómo no le daban mucha más publicidad. De todas maneras, Santiago nos ha explicado que los profesores de nuestra universidad son más bien del ala izquierda y que si vamos a otras más de “derechas” la opinión puede cambiar por completo.

 

El mercado es para escribir un libro. Y no te imagines un mercado como el de Chamartín. Aquí cuando se habla de mercado estamos hablando de áreas muy grandes, bloques de tres y cuatro plantas a lo largo de más de un kilómetro de ciudad. A diferencia de lo que ocurre en el resto de la ciudad, en los mercados la zonificación es total. Una aspecto muy interesante que comentó Marco es el hecho de que Seúl es de las pocas ciudades donde las “factories” (se refería más a pequeños talleres que a fabricas) están en el mismo centro de la ciudad. Hay absolutamente de todo y en cantidades brutales. Justo al lado del mercado está el macro edificio que está construyendo Zaha hadid. En esa zona antes había un estadio de béisbol construido por los japoneses. Cuando excavaron para comenzar la construcción se encontraron ruinas que han mantenido y por eso el proyecto se llama “History and Cultural Park”. La presión al alcalde con la duración de las obra obligó a que se abriera una zona al público. Aunque la obra no está todavía acabada te haces una idea de cómo va a ser el proyecto. El viernes vamos a verla con el estudio de Santiago. Ya te contaré con más detalle.


Vista del proyecto de Zaha.
Pedazo de cámara que hemos comprado
Hace fotos que parecen decorados


Me despido ya que nos vamos a la zona de moda de Seúl

Un abrazo

María

viernes, 21 de octubre de 2011

Muchísimas felicidades Hester!!!!


Vistas exterior del café GB




 Muchísimas felicidades Hester!!!!
Como no podemos estar allí hoy para celebrar contigo tu cumpleaños, subo unas cuantas fotos de nuestro querido GB.

Planta baja de GB. Hoy he sido la número 5,
 se ve en el cartel de detrás del mostrador







Siento mucho que en las fotos no haya mucha actividad. Hemos descubierto que si somos los primeros diez clientes, el café nos cuesta la mitad. Entre semana la gran mayoría de coreanos se compran el café para llevar, con lo que a diario estamos bastante solos. Los fines de semana, es otra cosa. Algún día, espero registrar el cambio.

Como somos animales de costumbres, generalmente yo llego antes que Ciro. Alguna vez que otra, he llegado antes de que abrieran a las 8:30. Pero no me importa, me fumo un cigarro mientras escribo algún que otro correo desde mi súper teléfono (nos está salvando la vida). Ya conocemos a las dos chicas que trabajan allí. No he conseguido averiguar que turno tiene cada una, pero sospecho que cada semana trabaja una. La primera a la que conocimos, hoy no estaba, es mucho más simpática que la segunda y no habla ni papa de inglés. Con ella el otro día utilice el translator del i-phone, no tengo ni idea de lo que tradujo pero creo que el mensaje, más o menos, le llegó. La segunda es mucho más mona y habla un poco de inglés. Me quedo con la gordita.
Nuestra mesa con los dos ordenadores al fondo.
El de la izquierda, el mío. El de la derecha, el de Ciro


Vista desde la escalera
de la segunda planta

Yo tomo siempre café mocha y Ciro con leche.Se paga en el momento de pedirlo, nos subimos al piso de arriba donde están los ordenadores y al cabo de 2 minutos nos lo suben en una bandeja. El café está bastante bueno pero la presentación es muy cursi. Suelen hacer corazones y flores con la leche y espuma del café. Una monada y es la marca de la casa.

Feliz cumpleaños y espero que te haya gustado nuestro regalo.

María y Ciro

Pd. Siento el movimiento compositivo de las fotos. Es insoportable meter fotos en blogger.

Ehwa Campus Complex, abierto en canal


Hola a todos, seguidores de C.S.
Subiendo en el ascensor a nuestra oficina, María me ha comentado todo lo que tenía que contaros; ayer tuvimos un día muy ajetreado, por lo que hoy voy a colaborar en este incesante broadcasting from Seoul.
Con motivo del 3rd Seoul International Architecture Film Festival volvimos al edificio de Dominique Perrault, Ewha Woman's University. En nuestra primera visita nos quedamos tan impresionados con la intervención urbana de Perrault que no prestamos mucha atención al interior, ayer tuvimos la oportunidad de utilizar el edificio por dentro y merece la pena hablaros de ello.
Este edificio tiene muchas puertas en distintos niveles, pero solo una entrada por lo que acceder no tiene pérdida. El gran agujero en rampa funciona como un enorme sumidero que traga personas, solo hace falta dejarse caer por la pendiente contemplando las evoluciones de las estudiantes coreanas sobre sus tacones mientras el interior se muestra progresivamente a través del muro cortina. Como si se trataran de dos escaparates gigantes las cuñas acristaladas van creciendo hasta alcanzar la altura de cuatro plantas y casi sin darte cuenta ya estás en planta baja (basement -4). OMA habría desarrollado todo un sistema de señalética, pero el vacío abre en canal el edificio y de forma inmediata y sin ni siquiera entrar uno localiza el gimnasio, las cafeterías o la biblioteca, y nosotros encontramos los cines. Sí, este edificio tiene aulas, auditorios y dos salas de cine con capacidad para 200 personas cada una, ¡y con la butacas escalonadas formando una pendiente de 30º! Tal y como os cuenta María nos metimos en la película equivocada, y justo cuando yo estaba a punto de descubrir el secreto de la fabricación del Kimchi, cómodamente sentado en terciopelo rojo tuvimos que salir de la sala.


Dos horas más que dedicamos a deambular por el edificio, los cines se encuentran en un extremo, una zona de carácter público con cafetería, restaurante, gimnasio descomunal, sala de eventos y un gran hall inclinado bajo el vacío exterior en rampa. Los acabados y soluciones constructivas del interior del edificio son propios de una estación de metro, se trata más de una gran infraestructura con detalles tipificados que de un edificio donde cada rincón se ha diseñado de forma específica. Dentro de esta infraestructura encaja igual una tienda de Smart phones que el despacho del decano o los cuartos de baño.
En paralelo al gran vacío, tras las cuñas acristaladas, se articulan una serie de deambulatorios, escaleras y plataformas. Siempre con la estructura vista y concisa, la baranda de barrote vertical y el suelo de parquet oscuro. Todos estos elementos vuelan desde la estructura interna de hormigón y no tocan el muro cortina, que salva las cuatro plantas de altura mediante unos esbeltos palastros verticales de acero inoxidable.
En el otro extremo del edificio, bajo la escalinata exterior que remata el gran vacío, se encuentran los espacios docentes de mayor porte. Un graderío de madera situado inmediatamente debajo de la escalinata es sin duda uno de los espacios interiores más interesantes del edificio. Rodeado de aulas y asomándose al gran hall inferior domina todo el extremo NE del interior del edificio, convirtiéndose en lugar de encuentro, estudio o descanso. Parece una especie de plaza escondida o privada, una grada que mira al vacío. Resulta difícil describir la tensión espacial diagonal y a la vez la sensación de recogimiento que transmite este lugar.
Esto ya empalaga, mejor ver las fotos. Por cierto os adjunto una imagen de Michael Heizer, un artista del landscape, del cual María y yo vimos una obra en DIA, Beacon el pasado agosto.










Michael Heizer, Double Negative consists of two trenches cut into the eastern edge of the Mormon Mesa, northwest of Overton, Nevada in 1969-70.