Professor Kim

El profesor Kim junto a Ciro en su despacho

Miércoles, 19 de octubre 2011


Querida mamá:

Ayer fue in día bastante intenso. Llegamos al despacho alrededor de las 10:00 después de desayunar en GB. Estuvimos trabajando un rato. Hacia las 11:00 se acercó al despacho una de las chicas que trabaja en el estudio de Kim Young-Sub (la única que nos dirige la palabra) para comunicarnos que alrededor de las 12 el profesor Kim pasaría a vernos.

A las 12:15 se presentó el profesor Kim. Tiene 62 años, según nos dijo, aunque parece mucho más joven. Aquí es imposible averiguar la edad de alguien. Todos parecen mucho más jóvenes. Estaba encantado con España (era la cuarta vez que la visitaba, creo que conoce España mejor que yo) pero no nos contó demasiado de su experiencia en la UEM. Está un poco agobiado con todo lo que se le viene encima, entre otras cosas la boda de su hija afinales de octubre. Estuvimos charlando un rato en el despacho, nos regaló uno de sus libros y nos invitó a comer a un restaurante italiano al lado de la casa del Primer Ministro coreano. A esa misma zona nos había llevado Santiago al comienzo de nuestra aventura. De todas maneras, Seúl no tiene nada que ver de día y de noche, cambia por completo.

Restuarante italiano en el que nos invitó a comer.
Al fondo de la imagen la puerta de la vivienda
del primer Ministro

Descubrimos bastantes cosas de él y de la cultura coreana. Se confirma el odio que existe hacia Japón. Es un odio más político e institucional que personal ya que tiene varios amigos íntimos japoneses. A Ciro se le ocurrió preguntarle qué opinaba de algunos arquitectos japoneses y textualmente: No les considero nada, todo lo han conseguido con dinero manchado con sangre. Ciro está muy preocupado con su abrigo Superdry (con caracteres japoneses por todas partes, la verdad que es un poco excesivo); ha decidido que cuando vaya al despacho o a la universidad se pone otra prenda, por si acaso. El odio hacia EEUU, Unión Soviética y China existe y en ese orden pero el país ganador es Japón. Respecto a los coreanos del norte, esos son unos santos, se vieron inmersos en un conflicto tal y como él dijo entre “tigres y dragones” (EEUU y URSS).

La comida fue muy abundante y agradable. Pidió vino español (totalmente desconocido), ensalada, sopa, pasta y carne. Casi salgo rodando de allí. Otro aspecto que me tiene bastante preocupada (por no decir asqueada) es la incapacidad que tiene el coreano para comer pasta, noodles o cualquier cosa de este tipo. Al principio pensaba que era una cuestión de educación, semejantes ruidos no salen ni aposta. Ayer confirmé que es una cuestión cultural. Los noodles hay que absorberlos de esa manera que tú nos prohibías de pequeños. Y la absorción debe estar acompañada por ruidos que informen a todo el que está alrededor de la acción que se está llevando a cabo.

Vista interior del restaurante.

Tras la comida volvimos al despacho y nos estuvo enseñando uno por uno cada de sus proyectos: primero, sus libros y después en el i-pad. Es un arquitecto bastante correcto aunque a mí no me interesa demasiado. En lo que se refiere a gustos arquitectónicos, sus arquitectos favoritos son: Louis Kahn y Luis Barragan. Aquí en Corea, debe ser il capo. Ha construido muchísimo, está maravillosamente relacionado y ahora solo se ocupa de obras gubernamentales. Las obras pequeñitas se hacen desde aquí, SKAi (Sungkyun Architecture Institute) y los estudiantes y recién graduados se ocupan de todo. El solo dirige la orquesta.

Cuando yo empezaba a no poder más de tanto egocentrismo, llamó Santiago para invitarnos a ir a una exposición de un arquitecto italiano Marco Bruno sobre diseño. Estaba un poco lejos pero merecía la pena ir. (Acaba de aparecer el susodicho, evidentemente este es su despacho)

Me he desconcentrado, luego sigo. Le acabo de dar el libro del MoMA. A parte de su vena arquitecto, es absolutamente encantador.

Un abrazo

María