martes, 29 de noviembre de 2011

El alma coreana

Como hoy no creo que me de tiempo a escribir, estoy algo liada con la UEM (sí,sí, con la UEM) y tampoco voy a perder la costumbre, subo un correo que mandé ayer por la tarde. Además durante la semana que viene, con los vistantes aquí, es muy probable que la actividad blogera decaiga un poco.

Lunes, 28 de noviembre 2011


Lucas es el de la derecha
Querida mamá:


Estoy de nuevo en mi sillón coreano favorito. Tengo mono de escribirte despues de este parón. Incontinencia verbal. Como me estoy volviendo coreana en algunas cosas, tengo los cascos puestos y estoy escuchando mi último descubrimiento musical, Adele. Es una cantante inglesa, bastante jovencita, que canta como los ángeles. Nunca he sido una experta en música, de hecho lo que me gusta a mi, suele ser muy fácil y malo según los “expertos”. Pero a Ciro también le gusta, y él sin llegar a ser un entendido, sabe un poco más que yo. No sé si sabré escuchar música y escribir al mismo tiempo. Me cuesta concentrarme cuando la música me gusta mucho.

Lo malo de mi soledad cafetera son los momentos de ir al cuarto de baño, que como sabes, se repiten con cierta frecuencia. Paso por un estado de tensión e inquietud importante. Que hago con todos mis bártulos, ordenador, bolso, iPhone, chaqueta, etc!!! La idea de llevarlo todo conmigo, siempre la desecho. Para cuando hubiera acabado de recoger, seguro que ya era demasiado tarde. Con lo que al final siempre optó por dejarlo todo, excepto el iPhone, donde está. Mi vida sin mi iPhone ya no puedo imaginarla y menos, aquí. Hay que decir que cierta inquietud me acompaña al cuarto de baño. Todo esto te lo cuento porque acabo de hacer una visita a mi lugar favorito.
Pero lo bueno de este país es que es bastante seguro. No hemos visto ningún tipo de pillaje en todo el tiempo que llevamos aquí. Y te aseguro que cuando algunos personajes europeos descubran las posibilidades de esta ciudad, la situación va a cambiar. Las tiendas tienen productos en el escaparate sin ninguna seguridad. Todas las cosas expuestas, sobre todo, las gilipolleces están ahí, tentándote. Menos mal que no soy Winona Ryder. Otro ejemplo de esta tranquilidad coreana es el tema del pago con tarjetas de crédito. Al pagar con el plástico TMoney no hace falta nada, ni ID, ni número secreto. La firma la puede hacer cualquiera, de hecho, el otro día, sin yo decir nada, compré tabaco con mi tarjeta coreana y la dependienta firmó por mí. Alucinante.

En materia de cuartos de baños públicos, el equipamiento de esta ciudad es mi paraíso. Hay cuartos de baño por todas partes. Por una vez en mi vida, no conozco la mayoría de los hoteles de la ciudad que visito. Todas las estaciones de metro tienen cuarto de baño público y suelen estar antes de los tornos. Están muy limpios y totalmente equipados: papel higiénico, jabón, espejos, secador o papel para secarse las manos....
Algunos tienen hasta un expendedor de liquido para enjuagarse, tipo licor del polo o oraldine, con un super vasito conico de papel plastificado (nada de sobrecitos).
De vez en cuando, las estaciones más antiguas sobre todo, tienen cabina con agujero en el suelo, pero que le vamos a hacer. Lo importante es que exista agujero y privado. Según parece, hasta no hace mucho tiempo, los baños de las casas estaban exentos y fuera de las viviendas. Hay algunos bares que están en locales sin reformar y que tienen todavía el baño fuera. Eso son los peores. Entra todo el mundo que quiere ya que el acceso está en la calle y son lo más a mano por las noches, cuando los coreanos están un pelín cocidos.
Detalle de urinario en uno de los bares que hemos visitado.
El cuarto de baño de tías era más tradicional.

Al igual que en Japón, la bebida es una costumbre casi obligada. Hacer negocios exige que al menos pases una velada pimplando bastante alcohol. Por supuesto, esto es aplicable a los hombres. Debes “enseñar el alma” a tu posible socio. Y la única manera de descubrir tus secretos es liberándote de tus prejuicios y exponerte tal y como uno es. Al día siguiente, hay una especie de acuerdo tácito, y no se comenta nada de lo ocurrido o hablado. Todas las noches, más los fines de semana, vemos a más de uno que ha enseñado los huecos más profundos de su alma. El dueño de la Tertulia, al que llamaré a partir de ahora con el seudónimo de Lucas, el sábado pasado nos la enseñó. Y aunque no soy coreana, voy a seguir el acuerdo de silencio y no voy a contar nada de lo que nos confesó. Todavía estoy en estado de shock. Estoy segura que volveré a mencionarlo. Quizá quiera hacer negocios con nosotros.

No le conocemos pero estoy fascinada con el jersey

Un abrazo

María

1 comentario:

  1. Vaya foto de urinario!! Si lo pillara Duchamp...
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