sábado, 5 de noviembre de 2011

Gran floristería

Sábado, 5 de noviembre 2011


Querida mamá:

Ayer, después de acabar el enunciado para el rescate gráfico, nos fuimos a la Universidad Nacional de Seúl. Por cierto, Santiago ha subido a Facebook, al estudio, una foto de Rambo (mi adorado Silvester Stallone) para ilustrar el plan de rescate. Me ha hecho bastante gracia.

Como todo en esta ciudad, la universidad está a tomar por…Tardamos alrededor de una hora: primero metro hasta Sadang (línea 4, azul celeste), de ahí trasbordo a la línea 2, de color verde esmeralda. Tengo necesidad de describir los colores, más adelante entenderás porqué. Y después autobús público para llegar al MoA (Museum of Art, Seoul National University).


Aunque quedé un poco largo quiero contarte esto. Estoy algo preocupada con el tema del transporte público. En Seúl para el transporte se utiliza el “T Money”. Es como pocket money pero asociado a algún tipo de gadget, normalmente tarjeta, aunque hay distintos tipos, por ejemplo, chapa. Se sitúa el artefacto en una máquina (diferente de las taquillas, la primera vez estuve delante de unas taquillas un buen rato) y se carga una cierta cantidad de dinero. El metro y autobús (también taxi) cuentan con otra máquina por la que debes pasar al entrar y al salir para que te cobren. El billete sencillo de metro es 900 wons pero a veces, si vas demasiado lejos, al salir te añaden algo más por ser un recorrido largo. Por ahora, en el metro no he tenido nunca ningún problema (al margen del de las taquillas). No hay forma de salir de la estación sin pasar la tarjeta. Pero el autobús es otra cosa, las puertas se abren pases o no pases la tarjeta. Como soy una persona muy ordenada, mi tarjeta está en el bolso, dentro de la cartera. Ciro por el contrario lleva la tarjeta en el bolsillo del pantalón. Ayer en el autobús, casi nos pasamos la parada, salimos corriendo y no me dio tiempo a pasar la tarjeta en la salida. Marc, el catalán del otro día, para tranquilizarme, me comentó que hasta que vuelva a coger el metro o el autobús me van a estar cobrando. Es decir, puede que esta tarde, cuando salgamos de la zona, no tenga ni un duro en la tarjeta…



Me he ido por las ramas pero es importante contarte estas cosas. Llegamos al museo, edificio de Koolhaas, hacia las tres de la tarde. Ya sabes que tengo debilidad por él, es un edificio pequeño, discreto y bien resuelto. Nada ambicioso y con algunos detalles que explican el prestigio y calidad de su obra. Pero lo que de verdad me dejo alucinada, impresionada, boquiabierta, atónita, etc… es el edificio en ese contexto. No me quiero poner cursi, pero no te imaginas como están los árboles en este momento en Seúl, parece una floristería. Nunca he visto tal cantidad de colores. Están todos los colores imaginables (sobre todo calientes: rojos, carmines, amarillos, naranjas etc…) Es como si Koolhaas hubiera proyectado un soporte blanco y neutro para pintar y enmarcar ese paisaje. Es cierto que hemos tenido mucha suerte, el momento del año es único. Según nos ha dicho, esto solo va a estar así un par de días. Y eso que el día estaba nublado, con sol debe ser todavía más impresionante. Espero que con las fotos te hagas una idea.

El interior es muy claro y rotundo pero no está permitido hacer fotos. Hice un par de ellas con el iphone pero me pillaron. Estoy segura que si Koolhaas ve mis fotos (hice más de 150 del exterior, estaba totalmente enganchada) me hubiera dejado hacer también del interior.

La exposición no era gran cosa. Eran una colectiva sobre vivienda, una veintena de obras, en su mayoría de artistas coreanos y australianos. Creo que había solo dos arquitectos, uno de ellos Peter. Peter es medio inglés, medio italiano. Trabajo con Herzog & de Meuron en el Caixa Forum (era el arquitecto que dirigía la obra) y habla perfectamente español. Se ha venido a Seúl, tiene estudio con trabajo (debe ser el único occidental) y da clase en esa universidad. Por lo que pude entender de las cosas que decían, esa universidad debes ser como la Escuela, pero a lo bestia. Me refiero a los humos de los profesores de proyectos, una auténtica mafia creyéndose los reyes del mambo.

Vinieron Marc y François (el profesor francés de SKKU). Se confirma que Marc es simpatiquísimo, de nuevo me reí muchísimo con él (creo que piensa que soy una arpía) y me contó otra perlita que algún día te contaré. François es muy, muy raro. Además nos ha debido engañar, en el fondo creo que es alemán.


A las siete nos echaron y nos fuimos con Santiago a cenar una hamburguesa. Riquísima. Tuve algún problema al pagar. Voy a colgar una foto en el blog, para que por favor, intentes encontrar el bolígrafo para firmar la tarjeta junto al mostrador. Estuve dos minutos buscando ante la mirada atónita de la camarera. Cuando lo descubrí, la atónita era yo. Después a la cama.


Un abrazo

María

1 comentario:

  1. Realmente impresiona. Me recuerda a un proyecto de Nouvel que se basaba en los cambios de color de la vegetación en función de la estación.
    estoy de acuerdo en que el contraste entre la arquitectura y el entorno favorece el efecto postal.

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