martes, 13 de diciembre de 2011

Los expatriados

Martes, 13 de Diciembre 2011


Querida mamá:


Desde que se han marchado los visitantes no hemos tenido tiempo para echarles de menos (demasiado). Llevamos dos días que no hemos parado. Además, me acabo de dar cuenta que todavía no he dedicado ninguna entrada a nuestros queridos Marc y Andrea. Y va siendo hora.


Marc (no pongo el apellido, por precaución web) es catalán y arquitecto. Vivió durante ocho años en mi querido Nueva York y allí conoció a su mujer, Tan Joven, también arquitecto y coreana. Una semidiosa para todos los seres masculinos de este planeta. Para mi, también un poco.

No cabe duda de quien es "Tan Joven".
La foto es de Santiago durante una cena con los vistantes.
Nota: Hace tiempo escribí un correo sobre la primera cena que tuvimos con ellos. Nunca lo publiqué ya que lo quería completar con un estudio sobre la tipología barbacoa coreana. Cuando le conté a Ciro mis impresiones sobre los sistemas de barbacoa, me hizo ver que no tenía ni idea del funcionamiento y que si publicaba eso iba a hacer el ridículo más absoluto. La conclusión fue que nunca acabé el correo. En cualquier caso, ahora resulta bastante oportuno, por lo que lo publico en otra entrada.

Por supuesto, a Marc le conocimos a través de Santiago. Al igual que soy crítica, de vez en cuando, me convierto en fan incondicional de alguien. Marc es uno de esos casos. De hecho, nuestro estancia aquí ha mejorado muchísimo, también, gracias a él. Pero no voy a ponerme sentimental.

Unas dos semanas antes de que vinieran los visitantes, fuimos a comer un domingo al restaurante japonés de Itaewon con Marc y su amigo Andrea. Andrea es un personaje. Es italiano, unos 60 años, diseñador de producto o industrial, de bastante prestigio y sobre todo, muy pasional. Odia Corea y a los coreanos y, no pierde oportunidad de darles caña siempre que puede. Lleva cinco años aquí y está muy, muy quemado. Es bastante complicado explicar lo que ocurre aquí con los extranjeros, pero debo decir que yo a otra escala y con mucha menos experiencia, coincido completamente con él. A parte de Marina y Carlos (no pertenecen al gremio y eso puede ser una explicación), con todos los que hemos hablado y han sido bastantes (profesores, arquitectos y diseñadores), coinciden en el fondo del asunto. La diferencia está en que algunos, como Andrea, siguen intentando cambiar las cosas. Patalean, gritan, y protestan lo más alto posible, aunque es inútil. Otros, por el contrario han tirado la toalla y resignados viven, día a día, en este mundo hostil. Y está la postura intermedia (la más difícil de conseguir) que es protestar sin hacer ruido (misión imposible para Andrea).

Anyway, el domingo Andrea organizó una cena en su casa para unos cuantos amigos suyos ( todos europeos) con motivo de la visita de un arquitecto español que expone en Seúl en una pequeña muestra de diseño organizada por Embajada española. Su casa/estudio recién reformada ( la reforma ha dado mucho juego en relación a la convivencia coreana) está al lado de nuestra residencia. Es un pequeño loft dividido en dos partes: estudio y vivienda llena de cosas como a mi me gusta. De hecho, como buen diseñador tiene mi cenicero (de Castiglioni). Casi me pongo a llorar cuando lo veo.
Éramos muchísimos: Marc y So young, una pareja de italianos (representante de Tods en Corea), el arquitecto y su novia, Roger, diseñador francés y compañero de Andréa en el Master, Santiago, cuatro coreanas (la socia de Andrea, una estudiante y otras dos) que parecía que estaban allí para limpiar y nosotros. Les comentaba a Parada, Lo y Esther que es increíble como los hombres toman lo que más les interesa de otras culturas. Espero que mi estancia aquí no me haya convertido en activista feminista ya que es difícil no tomar partido. Andrea, nos preparó una cena de lujo, había vino a tutti plain y el ambiente era magnífico. Por supuesto, Andrea mientras cocinaba hacia sus divertidas intervenciones. Yo estuve hablando prácticamente toda la noche con Roger, el francés que me pareció un tío increible. (No he tirado la toalla en lo que se refiere a practicar mi ingles). Además, lleva doce años aquí y este si que sabe del mundo coreano. Otro de los que está muy, muy quemado. Aunque lo lleva de otra manera, tampoco ha tirado la toalla. Segun me conto Marc, vive en una casa sin un solo mueble, duerme en un saco de dormir y en el momento que se acaban las clases sale escopetado de este país. Te preguntaras que hace aquí, entonces. Según me dijo, después de tanto tiempo volver a Francia seria como empezar desde el principio.

Tan Joven y Roger hablando de mi cenicero

Ante el horror de Ciro y Marc tuvimos que disolver pronto. Era domingo y todos teníamos que trabajar al día siguiente. Una pena que no hubiera sido en sábado. Nos lo pasamos genial.



Por cierto, mi fascinación con Marc y su mujer ha aumentado mas si cabe al ver el coche que tienen. Un Spider de los de antes. Impresionante, al menos no era rojo!

Un abrazo
Maria

Mañana cuento nuestro sesión en Soongsil University con los alicantinos.

2 comentarios:

  1. Vaya casa y vaya fiestón!! Por qué nos negaríamos a ir la noche de la macrocena...
    Todavía me acuerdo de Andrea opinando sobre el Papa Benedetto.
    Visitante Lo

    ResponderEliminar