Miércoles, 14 de Diciembre 2011
Querida mamá:
Estoy totalmente agotada de tanto esfuerzo social. Como dice Parada no estoy acostumbrada. Ayer fue un día intensísimo.
Después de trabajar toda la mañana, se rompió Internet en el despacho y no pude acabar todo lo que quería. Comimos en un coreano y nos fuimos hacia el centro COEX. Es un súper centro comercial, negocios y ferial. Esta al sur de la ciudad en una zona que todavía no conocíamos. Sigo insistiendo que esta ciudad es inmensa.
A la salida del metro, nos encontramos de frente con el edificio de Libeskind de Seúl. Lo había borrado de mi memoria porque en foto es muy malo. Hay que decir, que sin ser gran cosa, en directo, gana.Habíamos quedado con Marc y Santiago a las 16:30 en la salida número seis para ir juntos a la inauguración de la exposición "Seoul Design Festival". Ya me he enterado de todo. Es un festival que se celebra todos los años y este año, el país invitado era España. Juli Capella, arquitecto catalán y amigo de Andrea , es el comisario de la parte española de la muestra. La Embajada Española patrocina de alguna manera el evento y allí estaba hasta el apuntador: Embajador, su mujer, Cónsul etc…La estrella española invitada era Javier Mariscal. Pobre hombre, está mayor aunque sigue sin aceptarlo.
Hubo un acto previo en el tiempo y en el espacio (ya que se desarrolló delante de la zona expositiva que era como estar en Ifema en versión coreana: huge, very huge) donde hubo actuaciones, discursos, comida y bebida. Yo estaba de pie y tuve la mala o buena suerte de que el Embajador y su mujer se sentaron justo a mi lado. Me hubiera presentado, pero él estaba muy tenso con el discurso que tenía que dar. No hacía más que repetirle al Cónsul que se negaba a decir eso que aparecía en el papel. Finalmente, leyó letra por letra lo que le habían preparado. No se cómo era en vuestros tiempos, pero me animé bastante al oír hablar ingles al Embajador. Moneo a su lado es Shakespeare y desde luego mi acento (solo el acento) es infinitamente mejor que el del Embajador.
La representación española. De izq. a derecha: Juli, dos artistas que no recuerdo su nombre, el Embajador y Javier M. |
Tras los discursos, no pusimos a comer como locos. Conocimos a otro expatriado, Blas, de Eslovenia (me parece). Un encanta de tío, de esos que inspiran paz y tranquilidad cuando les conoces. Es también arquitecto, profesor y casado con coreana simpatiquísima. Después, de tomar unas copitas y comer unos aperitivos riquísimos, pasamos con Juli y su novia a la exposición. Menos mal que estaban allí, nos querían hacer pagar. Nos estuvo enseñando todo la parte española y nos regaló un catálogo dedicado. Pesa un riñón, pero la publicación está muy bien, mejor que la exposición.
La segunda parte de la velada la cuento en el siguiente correo porque tiene tela.
María
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